En estos días tuve la oportunidad de ir con una amiga y su familia a un hermoso lugar de mi país, llamado Río Partido, un lugar lleno de una naturaleza virgen, con sus aguas color azul turquesa, que enamora desde el primer instante que la observas, para llegar al lugar tuvimos que recorrer un largo camino, te cuento, salimos de la autopista principal y continuamos unos 50 kilómetros por una carretera sin asfalto y muy escabrosa y luego descendimos por la ladera de una montaña por 30 minutos, al fin llegamos.
El punto es el siguiente, quienes ven mis fotos, super feliz, disfrutando de ese hermoso lugar, solo puede ver esa parte, sin darse cuenta del tremendo cansancio y dolor en todo el cuerpo por el gran recorrido, me caí bajando la montaña, la comida que llevaba en las manos también se hecho a perder, casi me fracturo una mano, además tuve una lección en un tobillo, en fin, toda una travesía.
Muchas veces así pasa en nuestras vidas, queremos el premio sin recorrer el camino, disfrutar solo el momento bueno y obviamos el trayecto que hay que pasar para llegar a él.
Queremos lo fácil y por eso nos desilusionamos muy rápido, nos ponemos metas, pero como vemos que tardan mucho en llegar, las abandonamos, nos desanimamos, olvidamos ese duro momento por el que todo el que ha llegado tuvo que pasar.
La vida en ocasiones no es fácil, esta llena de retos y acontecimientos adversos, pero vale la pena aprender de lo vivido, no amargarse y disfrutar el viaje, este corto tiempo que tenemos en este hermoso planeta es para disfrutarlo, amar, aprender, descubrir…, y esto solo lo podemos hacer cuando hayamos entendido que no podemos cambiar la realidad de las cosas que nos pasan, pero si la forma en como tomamos lo que nos pasa.
En el viaje que tuve tenia dos opciones: o pasarme el momento lamentándome por el largo recorrido o disfrutar al máximo, elegí la ultima y sí que lo disfruté. Solo tu tienes el poder de no amargarte la vida, aprende a elegir bien.
? Rio Partido, República Dominicana.
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