Hoy te quiero contar una de las cosas que más me gustan. ¡La música! Sí, me encanta la buena música. Hay ocasiones en las que cierro los ojos y admiro con el corazón esa habilidad tan hermosa que tienen algunas personas para transmitir arte con su voz.
Han sido muchas las ocasiones en las que me llega una canción a la mente y me recarga de una manera extraordinaria, y esta semana no fue la excepción.
Mientras estaba trabajando en un proyecto maravilloso, que luego les contaré, llegué a un punto en donde me sentí paralizada y me pregunté: ¿y ahora qué voy a hacer? No llegaba a mi mente ninguna idea de cómo encontrar una solución. Me paré un momento y vino a mí, como si fuera una voz suave y apacible, la melodía de esta canción:
“Ya que emprendimos el camino a la batalla, nunca debemos detenernos ante tantas trampas que siempre pone el enemigo en el camino para quitarnos el deseo más querido. Coro: No te rindas, aunque sientas que tu vida se te acaba, aunque digan que tu vida no está en nada, sigue en pie y caminando, no te rindas, no te rindas, porque al final de la batalla tú tendrás, una corona. y una vida eterna, para siempre jamás. Sigue adelante caminando, sigue en pos, con pasos firmes caminando y sin temor, que aunque adelante habrán tropiezos al derredor, pon tu confianza en las manos del Señor”. No te rindas – René González
Probablemente hayas escuchado esta canción un montón de veces, al igual que yo, pero en mi caso, esta semana tuve un impulso increíble.
La buena música, más que un simple entretenimiento, es una herramienta poderosa que transforma nuestras vidas de múltiples maneras; así que la próxima vez que te sientas estresado, triste o necesites un impulso, recuerda que la solución puede estar en una simple canción. Esta semana para mí fue esta, para ti puede ser otra. Mi invitación es esta: sintoniza la estación correcta, sigue adelante, no te rindas.
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